No sabía cómo aportar, se sentía sin saber que hacer, es como cuando a los niños se les dice que ellos no lloran, no juegan con muñecas o no usan el color rosa, y zas derrepente se ven castrados y “aprenden” que eso no es para ellos y no se sienten cómodos con estos términos. De ahí que la decoración sea “cosa de mujeres”. El 98% de quienes me contactan por primera vez son mujeres.Igual ocurre en el mundo de las bodas.